viernes, 10 de julio de 2020

LAS 48 LEYES DEL PODER RESUMEN BY JOHN CRISSIEN

LAS 48 LEYES DEL PODER

Robert Greene y Joost Elffers


 

 

RESUMEN EJECUTIVO

 

Esta obra, calificada como amoral, implacable, astuta e instructiva, recopila tres mil años de historia del poder en 48 leyes concisas y aplicables, que sintetizan la filosofía de Maquiavelo, Sun-Tzu, Gracián y Von Clausewitz, entre otros.

 

Algunas de las leyes enseñan la necesidad de prudencia, las virtudes de la cautela y hasta la necesidad de carecer de misericordia. Le gusten o no, todas son aplicables a la vida real.

 

Queda al lector evaluar las consecuencias éticas de aplicarlas. Si decide no hacerlo, recuerde que sus competidores y allegados ya lo están haciendo.

 

LAS 48 LEYES

 

Ley 1: 

Nunca eclipses al amo

 

Haz siempre que tus superiores se sientan cómodamente superiores. En tu deseo de complacerlos o impresionarlos, no vayas demasiado lejos mostrando tus talentos, ya que podrías lograr el efecto contrario - inspirar temor e inseguridad. Si haces que tus jefes parezcan más brillantes de lo que son, llegarás a las alturas del poder.

 

 

 

 

Ley 2: 

Nunca confíes demasiado en tus amigos; aprende a utilizar a tus enemigos

 

Ten cuidado con tus amigos, ellos te traicionan más rápidamente, porque son más propensos a la envidia. También suelen malacostumbrarse y volverse tiránicos. Pero si contratas a un antiguo enemigo, te será más leal que un amigo, porque tiene más que probar. De hecho, tienes que temer más a los amigos que a los enemigos. Si no tienes enemigos, busca la forma de conseguirlos.

 

Ley 3:

Disimula tus intenciones

 

Mantén a la gente fuera de equilibrio y en la oscuridad, al no revelar el propósito detrás de tus acciones. Si no tienen idea de lo que estás haciendo, no pueden preparar la defensa. Guíalos lo suficientemente lejos por el camino equivocado, envuélvelos en suficiente humo, y para el momento en que se den cuenta de tus intenciones, será demasiado tarde.

 

Ley 4: 

Habla siempre menos de lo necesario

 

Cuando trates de impresionar a la gente con palabras, mientras más digas, parecerás más común y con menos control. Aún cuando digas algo banal, parecerás original si lo dices en forma vaga, indefinida y con cara de esfinge. La gente poderosa impresiona e intimida al decir menos. Cuanto más dices, más probabilidades tienes de decir una tontería.

 

Ley 5:

Casi todo depende de tu reputación; 

defiéndala con tu vida 

 

La reputación es la piedra angular del poder. Con la pura reputación, puede intimidar y ganar. Pero si resbalas, te vuelves

vulnerable y serás atacado por todos lados. Haz que tu reputación sea inexpugnable. Mantente siempre alerta para frustrar posibles ataques antes que sucedan.

Mientras tanto, aprende a destruir a tu enemigo abriendo huecos en su reputación. Seguidamente, hazte a un lado y deja que la opinión pública los cuelgue.

 

Ley 6: 

Busca llamar la atención a toda

Costa

 

Todo se juzga por su apariencia; lo que no se puede ver no cuenta para nada. Nunca pases desapercibido en la multitud, ni permitas ser enterrado en el olvido. Destácate, mantente visible a toda costa. Hazte un imán para la atención, aparentando ser más grande, más colorido y más misterioso que las blandas y tímidas masas.

 

 

Ley 7: 

Logra que otros hagan el trabajo por ti, pero siempre recibe el crédito 

 

Utiliza la sabiduría, el conocimiento y la experiencia de otras personas para promover tu propia causa. Esta ayuda no sólo te ahorrará tiempo y energía, te dará un aura divina de eficacia y rapidez. Al final, tus ayudantes serán olvidados y tú serás recordado. Nunca hagas tú lo que otros pueden hacer por ti.

 

Ley 8: 

Haz que otras personas vengan a ti; 

utiliza carnada si es necesario

 

Cuando obligas a la otra persona a actuar, tú tienes el control. Siempre es mejor hacer que tu oponente venga hacia ti, abandonando sus propios planes en el camino. Atráelo con fabulosos beneficios luego ataca. Tú tienes las cartas.

 

Ley 9: 

Gana a través de tus acciones, nunca 

por medio de argumentos 

 

Cualquier triunfo momentáneo que creas alcanzar a través de argumentos es en realidad una victoria pírrica: el resentimiento y la mala voluntad que despiertas es más fuerte y dura más que cualquier cambio momentáneo de opinión. Es mucho más poderoso que los demás te den la razón a través de tus acciones, sin decir una palabra. Demuestra, no expliques.

 

Ley 10: 

Peligro de contagio: evita al 

desafortunado e infeliz

 

Uno puede morir por la miseria de otras persona - los estados emocionales son tan infecciosos como las enfermedades. Puedes sentir que estás ayudando al hombre que se ahoga, pero sólo estás precipitando tu propio desastre. El desafortunado muchas veces es responsable de su propia desgracia, y la impondrá igualmente sobre ti. Asóciate con gente feliz y afortunada.

 

Ley 11: 

Haz que la gente dependa de ti 

 

Para mantener tu independencia, siempre debes hacerte necesario y deseado. Mientras más dependan de ti, más independiente serás. Haz que los demás dependan de ti para tener felicidad y prosperidad, y no tendrás nada a qué temer. Nunca les enseñes tanto como para que puedan existir sin ti.

 

Ley 12: 

Utiliza la franqueza y la generosidad selectiva para desarmar a tu víctima 

 

Un movimiento sincero y honesto cubrirá docenas movimientos deshonestos. Gestos de honestidad y generosidad con el corazón abierto bajan la guardia incluso de las personas más sospechosas. Una vez que tu honestidad selectiva abre un agujero en su armadura, podrás engañar y manipular a tu   

 

antojo. Un regalo a tiempo - un caballo de Troya logrará el mismo objetivo.

 

Ley 13:

Cuando pidas ayuda, apela al egoísmo de la gente, nunca a la gratitud o a la compasión

 

 Si tienes que recurrir a un aliado en busca de ayuda, no te molestes en recordarle cuando tus buenas acciones del pasado. Seguramente encontrará alguna forma de ignorarte. En su lugar, descubre algo en tu solicitud o en tu alianza con él que le beneficie, y haz hincapié en ello sacándolo de toda proporción. Responderá con entusiasmo cuando vea que puede ganar algo.

 

Ley 14:

Muéstrate como un amigo, trabaja como espía

 

Conocer a tu rival es fundamental. Utiliza espías para recolectar información valiosa que te mantenga un paso por delante. Mejor aún: tú puedes ser el espía. En encuentros sociales, aprende a sondear. Haz preguntas indirectas para que la gente revele sus debilidades y sus intenciones. Toda ocasión es buena para espiar elegantemente.

 

Ley 15: 

Aplasta a tu enemigo totalmente

 

Todos los grandes líderes, desde Moisés, han sabido que un enemigo temido debe ser aplastado por completo (algunos lo aprendieron a golpes) Si una brasa queda encendida, sin importar lo tenue que arda, con el tiempo ocasionará un incendio. Más se pierde por dejar a mitad de camino que por la aniquilación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Aplástalo, no sólo en cuerpo sino en espíritu.

 

Ley 16:

Utiliza la ausencia para incrementar el respeto y el honor 

 

Demasiada circulación hace que el precio baje: Cuanto más te vean y oigan, más común serás. Si ya estás establecido en un

grupo, la retirada temporal del mismo que se hable más de ti, incluso logrará que te admiren más. Tienes que aprender a determinar cuándo retirarte. Crea valor a través de la escasez.

 

Ley 17: 

Mantén el suspenso: maneja el arte de lo impredecible

 

Los seres humanos son criaturas de hábito, con una insaciable necesidad de ver lo familiar en las acciones de otras personas. Si actúas en forma predecible, les estás dando a los demás un sentido de control. Voltea la mesa: se deliberadamente impredecible. Actuar como sí no tuvieras consistencia ni propósito, los mantendrá fuera de equilibrio, y se desgastarán buscando una explicación. Llevada al extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar.

 

 

Ley 18:

No construyas fortalezas para 

protegerte; el aislamiento es peligroso

 

El mundo es peligroso y los enemigos están en todas partes - cada uno tiene que protegerse a sí mismo. Una fortaleza parece lo más seguro. Pero el aislamiento te expone a más riesgos de lo que le protege - te aísla de información valiosa y te convierte en objetivo obvio y fácil. Es mejor circular entre la gente, encontrar aliados y mezclarse – la multitud te protegerá de tus enemigos

 

Ley 19: Conoce con quién estás 

tratando; no ofendas a la persona 

equivocada

 

Hay muchos tipos diferentes de personas en el mundo, y nunca se puede asumir que todos van a reaccionar a tus estrategias de la misma manera. Engaña a cierto tipo de persona, pasará el resto de su vida en busca de venganza. Son lobos con piel de cordero. Elige a tus víctimas y oponentes con cuidado, no ofendas a la persona equivocada.

 

Ley 20: 

No te comprometas con nadie 

 

Es el tonto quien siempre se apresura a tomar partido. No te comprometas con ninguna de las partes o causas, sino contigo mismo. Manteniendo tu independencia, te conviertes en el amo de los demás los puedes poner a pelear entre ellos, obligándoles a buscarte.

 

Ley 21:

Hazte el tonto para atrapar a un tonto

 

A nadie le gusta sentirse más estúpido que las demás personas. El truco es hacer que tu víctima se sienta inteligente - y no sólo inteligente, sino más inteligente que tú. Una vez convencido de ello, nunca sospechará que tengas motivos ulteriores.

 

Ley 22: 

Utiliza la táctica de la capitulación; transforma la debilidad en poder

 

Cuando estés débil, nunca luches por honor ríndete. La rendición te da tiempo para recuperarte, tiempo para atormentar e irritar al vencedor, tiempo para esperar que su poder disminuya. No le des la satisfacción de luchar y derrotarte, ríndete antes. Al ofrecer la otra mejilla, enfureces y desestabilizas. Haz de la rendición una herramienta de poder.

 

Ley 23:

Concentra tus fuerzas

 

Conserva tu fuerza y energía, manteniéndolas concentradas en tu punto más fuerte. Se gana más encontrando una buena mina y explotándola hasta lo más profundo que saltando de una mina superficial a otra. La intensidad derrota a la extensión. Al buscar fuentes de poder que te eleven, encuentra el patrón clave, la vaca gorda que te dará leche durante mucho tiempo. 

Ley 24: 

Juega al cortesano perfecto

 

El cortesano perfecto prospera en un mundo donde todo gira alrededor del poder y la destreza política. Él domina el arte de lo indirecto, adula, cede ante sus superiores y ejerce su poder sobre los demás en forma oblicua y elegante. Aprende y aplica las leyes del cortesano y no habrá límite en lo lejos que puedes llegar.

 

Ley 25: 

Re-invéntate

 

No aceptes los roles que te impone la sociedad. Re-invéntate creándote una nueva identidad, una que llame la atención y nunca aburra al público. Se el dueño de tu imagen en lugar de dejar que otro la defina por ti. Incorpora dispositivos dramáticos en tus gestos y acciones públicas - tu poder se verá reforzado y tu personaje parecerá más grande que la vida.

 

Ley 26:

Mantén tus manos limpias

 

Debes parecer un modelo de cortesía y eficiencia: Tus manos nunca pueden estar manchadas por los errores o los hechos desagradables. Mantén esta apariencia impecable utilizando a otros como chivos expiatorios y tontos útiles para ocultar tu participación.

 

 

 

Ley 27:

Juega con la necesidad de la gente de creer en algo, para conseguir seguidores fanáticos

 

La gente tiene un abrumador deseo de creer en algo. Conviértete en el punto focal de tal deseo, ofreciéndoles una causa, una nueva fe a seguir. Mantén tus palabras vagas pero llenas de promesas; enfatiza el entusiasmo sobre la racionalidad y el pensamiento claro. Dar a tus nuevos discípulos rituales a seguir y pídeles que hagan sacrificios en tu nombre. En ausencia de la religión organizada y de grandes causas, el nuevo sistema de creencias te traerá un poder incalculable.

 

Ley 28: 

Entra en acción con audacia 

 

Si no estás seguro de algún curso de acción, no lo intentes. Tus dudas y vacilaciones infectarán su ejecución. La timidez es peligrosa: Es mejor entrar con audacia. Los errores que cometas por culpa de la audacia se pueden corregir fácilmente con más audacia. Todo el mundo admira a los audaces, y nadie honra a los tímidos.

 

Ley 29: 

Planifica tus acciones de principio a fin 

 

El fin lo es todo. Planea todo el camino hasta llegar allí, teniendo en cuenta todas las posibles consecuencias, obstáculos y giros de la fortuna que pudieran revertir tu trabajo duro y darle la gloria a otros. Si planificas hasta el fin, no te sentirás abrumado por las circunstancias y sabrás cuándo parar. Guía suavemente la fortuna y ayuda a determinar el futuro, pensando por anticipado.

 

Ley 30: 

Haz que tus logros parezcan no requerir esfuerzo 

 

Tus acciones deben parecer naturales y ejecutadas con facilidad. Todo el esfuerzo y la práctica que entran en ellas, así como los trucos ingeniosos, se deben disimular. Al actuar, hazlo sin esfuerzo, como si se pudieras hacer mucho más. Evita la tentación de revelar lo duro que trabajas, ya que esto sólo plantea dudas. No le enseñes a nadie tus trucos o serán utilizados en tu contra.

 

Ley 31: 

Controla las opciones; haz que otros jueguen con las cartas que tu repartes 

 

Los mejores engaños son los que parecen dar a la otra persona una opción: tus víctimas sienten que están en control, pero en realidad son sus títeres. Preséntales opciones que resulten a tu favor, sin importar cual escojan. Oblígales a escoger entre el menor de dos males, siempre que ambos sirvan a tu propósito. Colócalos en los cuernos de un dilema: que sean corneados sin importar el lado que elijan. 

 

 

 

Ley 32: 

 

Juega con las fantasías de la gente 

 

La verdad suele ser evitada porque es fea y desagradable. Nunca recurras a la verdad ni a la realidad a menos que estés preparado para la ira que viene por el desencanto. La vida es tan dura y penosa que la gente que puede fabricar romance o conjurar fantasías son como oasis en el desierto: todos corren hacia ellos. Existe mucho poder en el aprovechamiento de las fantasías de las masas.

 

Ley 33: 

Descubre el talón de Aquiles de los 

demás 

 

Todo el mundo tiene una debilidad, una brecha en la muralla del castillo. Esa debilidad suele ser una inseguridad, una emoción o necesidad incontrolable; también puede ser un pequeño placer secreto. De cualquier manera, una vez encontrado, es un talón de Aquiles al que puedes recurrir para tu ventaja.

 

Ley 34:

Se real a tu manera; actúa como un rey para ser tratado como tal 

 

La forma como te comportas a menudo determinará cómo te tratan. A la larga, si pareces vulgar o común, harás que te falten el respeto. Un rey se respeta a sí mismo e inspira el mismo sentimiento en otros. Al actuar en forma regia y seguro de tus poderes, te haces merecedor de llevar una corona.

 

Ley 35: 

Domina el arte de la oportunidad

 Que nunca parezca que tienes prisa. La prisa delata una falta de control sobre ti mismo y sobre el tiempo. Debes parecer siempre paciente, como si supieras que todo llegará en su momento. Conviértete en un detective del momento apropiado; olfatea el espíritu de los tiempos, de las tendencias que te lleven al poder. Aprende a detenerte cuando aún no sea el momento, y a proceder ferozmente cuando si lo sea.

 

Ley 36:

Desprecia aquello que no puedes tener; ignorarlas es la mejor venganza 

 

Al reconocer un pequeño problema, le das existencia y credibilidad. Cuanta más atención le prestas a un enemigo, más fuerte lo haces. Es así como al intentar arreglar un pequeño error, lo empeoras y lo haces más visible. A menudo es mejor dejar las cosas tranquilas. Si hay algo que quieres, pero no se puede tener, muestra desprecio por ella. Mientras menos interés reveles, más grande parecerás.

 

Ley 37: 

Arma espectáculos imponentes 

 

Las imágenes impactantes y los grandes gestos simbólicos crean el aura del poder - todos responden ente ellos. Prepara espectáculos para quienes te rodean; seguidamente, llena el escenario de imágenes y símbolos que engrandezcan su presencia. Deslumbrados por las apariencias, nadie se dará cuenta de lo que realmente estás haciendo.

Ley 38: 

Piensa como quieras, pero compórtate como los demás 

 

Si demuestras ir en contra de los tiempos, haciendo alarde de tus ideas no convencionales y de formas poco ortodoxas, la gente pensará que sólo quieres llamar la atención y que los consideras inferiores; encontrarán alguna forma de castigarte por hacerlos sentir así. Resulta mucho más seguro mezclarse y alimentar la sabiduría convencional. Comparte tu originalidad sólo con amigos tolerantes y que puedan apreciar tu singularidad.

 

Ley 39:

Agita las aguas para asegurarte una buena pesca 

 

La ira y la emoción son estratégicamente contraproducentes. Siempre hay que mantener la calma y cordura. Pero si puedes hacer enojar a tus enemigos, manteniendo tú la calma, tendrás una ventaja decisiva. Pon a tus enemigos fuera de equilibrio: Busca el punto débil de su vanidad a través del cual puedas confundirlo, y estarás a cargo.

 

Ley 40:

Desprecia lo gratis 

 

Lo que te ofrecen de forma gratuita es peligroso por lo general se trata de un truco o de una obligación oculta. Lo que tiene valor, vale la pena pagarlo. Al pagar, te mantienes alejado de la gratitud, la culpa y el engaño. A menudo también es aconsejable pagar el precio total - no hay atajos en el camino a la excelencia. Sé generoso con tu dinero y mantenlo en circulación. La generosidad es un signo y un imán para el poder.

 

Ley 41: 

Evita ponerte en los zapatos de los

 grandes hombres 

 

Lo que ocurre primero siempre parece mejor y más original que lo que viene después. Si eres el sucesor de un gran hombre,

o tienes un padre famoso, tendrás que lograr el doble de sus éxitos para brillar por ti mismo. No te pierdas en la sombra ni te quedes pegado en un pasado que no sea el tuyo. Establece tu propio nombre e identidad cambiando el curso. Deshazte de un padre despótico, menosprecia su legado, y obtén el poder por tu propio resplandor.

 

Ley 42:

Hiere al pastor y las ovejas se 

dispersarán 

 

Detrás de los problemas, con frecuencia se puede identificar a un solo individuo fuerte el agitador, el subordinado arrogante, el envenenador de buena voluntad. Si le dejas espacio para operar a estas personas, otras sucumbirán a su influencia. No esperes a que los problemas que causan se multipliquen; no trates de negociar con ellos - son irredimibles. Neutraliza su influencia mediante el aislamiento o destiérralos. Pégale a la fuente de los problemas y las ovejas se dispersarán.

 

Ley 43: 

Trabaja sobre el corazón y la mente de los demás

 

 La coerción, con el tiempo, crea una reacción en tu contra. Debes seducir a los demás a querer moverse en tu dirección. Una persona que hayas seducido se convierte en tu peón leal. La manera de seducir a una persona es actuar en su psicología individual y en sus debilidades. Suaviza la resistencia, trabajando en sus emociones, jugando con lo que aprecian y lo que temen. Si ignoras sus corazones y sus mentes, te odiarán al crecer.

 

Ley 44:

Desarma y enfurece con el efecto espejo 

 

Un espejo refleja la realidad, pero también es la herramienta perfecta para el engaño: cuando actúas como el reflejo de tu enemigo, haciendo exactamente lo que hace, este no podrá entender tu estrategia. El efecto espejo se burla y humilla, por lo que reaccionan de forma exagerada. Al colocar un espejo frente a su psique, tú lo seduces con la ilusión de que compartes sus valores; al colocar un espejo frente a sus acciones, le enseñarás una lección. Pocos pueden resistir el poder del efecto espejo.

 

Ley 45: 

Predica la necesidad de cambio, pero nunca modifiques demasiado a la vez

 

Todo el mundo entiende la necesidad de cambio en forma abstracta; pero en el fondo son criaturas de hábito. Demasiada innovación es algo traumático, y conducirá a la rebelión. Si eres nuevo en una posición de poder, o vienes de afuera y quieres construir una base de poder, deja claro tu respeto por la vieja forma de hacer las cosas. Si el cambio es necesario, hazlo sentir como una leve mejora del pasado.

 

Ley 46: 

Nunca parezcas demasiado perfecto

 

Parecer mejor que los demás siempre es peligroso, pero más peligroso aún es parecen no tener fallas o debilidades. La envidia crea enemigos silencios. Es inteligente mostrar de vez en cuando algún defecto y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos con total impunidad.

 

Ley 47: 

No vayas más allá de tu objetivo 

original; al triunfar, aprende cuándo detenerte 

 

El momento de la victoria es a menudo el momento de mayor peligro. En el calor del triunfo, la arrogancia y el exceso de confianza pueden empujarte más allá del objetivo inicial, y al ir demasiado lejos obtienes más enemigos de los que vences. No permitas que el éxito se te suba a la cabeza. No hay sustituto para una estrategia y una planificación cuidadosa. Establece una meta, y cuando la alcances, detente.

 

Ley 48:

Asume la amorfia 

 

Al asumir una forma, al tener un plan visible, quedas expuesto a los ataques. En lugar de tomar una forma que tu enemigo pueda captar, adáptate y mantente en movimiento. Acepta el hecho de que nada es seguro y no hay ley fija. La mejor forma de protegerte es ser tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apuestes a la estabilidad o al orden duradero. Todo cambia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Título original: The 48 Laws of Power

Editorial:Penguin

Publicado en:Septiembre de 2000


 

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